sábado, 27 de abril de 2024

LA RESPUESTA DE NEIL ARMSTRONG A UN PROFESOR QUE LE ACUSABA DE HABER FINGIDO LA LLEGADA A LA LUNA



Una de las imágenes que más han excitado la imaginación de los
"simulacionistas", quienes son capaces de ver viento en una ima-
gen estática, en vez de una tela de nylon arrugada sostenida por
un poste horizontal. Se puede ver lo que uno quiere ver, pero no
sacar conclusiones válidas de ello. Lo siento, luno-escépticos.

Ahora que parece que nos hemos puesto de acuerdo para volver a pisar la Luna, vale la pena recordar la hazaña que logró la misión Apolo 11 el 20 de julio de 1969. Más de medio siglo desde que colocamos a los primeros humanos en el único satélite natural de la Tierra, el comandante Neil Armstrong y el piloto Edwin F. Aldrin, y ante la atenta mirada de cientos de millones de personas a través de las televisiones y la radio. Y desde el mismo momento que se pisó la Luna, llegaron las primeras teorías de la conspiración. Este es el relato de uno de esos escépticos que se dirigió directamente a Armstrong, y la genial respuesta del astronauta. Ambas cartas, junto a otras maravillas, se encuentran recopiladas en A Reluctant Icon: Letters to Neil Armstrong.

La historia tuvo lugar a comienzos del nuevo milenio. El 1 de agosto del año 2000, un profesor de escuela, el señor Whitman, envió una carta a Neil Armstrong para ponerlo en su lugar respecto a un problema: el falso alunizaje. Whitman no daba datos específicos sobre su identidad o lugar de trabajo, pero sí se identificó como un “maestro de niños pequeños” encargado del “deber de contarles la historia tal como realmente sucedió, y no un montón de mentiras y engaños”.

Lo cierto es que, como mínimo, deberíamos poner en duda que fuera un profesor realmente. En primer lugar, porque la misiva muestra algunas dificultades con la gramática en inglés. En segundo, y quizás más importante, por el razonamiento y pensamiento crítico de alguien que se dedica a la docencia.

Veamos el contenido de la carta:

1 de agosto de 2000,

Estimado Sr. Armstrong:

Lo menos que podía hacer era enviarle una tarjeta de felicitación por su 70 cumpleaños, sin embargo, más de 30 años después de la patética transmisión televisiva en la que engañó a todos afirmando que había caminado sobre la Luna, me gustaría señalar que usted y el resto de astronautas, se están convirtiendo en el hazmerreír mundial gracias a Internet.

Quizás nos es del todo consciente de todas las pruebas que circulan por el mundo a través de Internet. Ahora todo el mundo sabe que toda la saga fue falsa, y la evidencia está a la vista para que todos la vean. Sabemos que las imágenes tienen fondos pegados, quién las compuso, y cómo se simularon el alunizaje y los paseos lunares en el Centro de Investigación Langley, además de por qué la NASA falsificó Apolo.

Quizás usted sea uno de esos jubilados que no navegan por Internet porque sabe muy poco sobre su funcionamiento. ¿Puedo sugerirle que visite [sitio web no incluido] para que vea por sí mismo lo ridícula que parece la afirmación del alunizaje 30 años después?

Como maestro de niños pequeños, tengo el deber de contarles la historia tal y como realmente sucedió, y no un montón de mentiras y engaños.

[Nombre omitido]


Pongámonos por un momento en el papel de Armstrong abriendo por primera vez la carta, quizás creyendo que se trataba de un amigo, o algún fan que quería aprovechar su cumpleaños para felicitarle. Sin embargo, pasados más de 30 años desde que el hombre (él mismo) pisó la Luna, en el planeta seguía existiendo gente cuyo pasatiempo consiste en conspirar y llegar a conclusiones inverosímiles y extrañas que a menudo provienen de la fe inquebrantable que ofrece una hoja en blanco.

En realidad también, y si se quiere, la misiva del señor Whitman es un reflejo de una parte grande de la sociedad, de aquellos que se convencen de un credo que, por descabellado que parezca, debe ser cierto “porque lo vieron en Internet”, y/o se ha compartido entre quienes han elegido creer en lo mismo.

¿Qué responderías si fueras Armstrong? Bien, esta fue la respuesta del legendario astronauta. Una carta de vuelta que comenzaba así:

Sr. Whitman,

Su carta expresando dudas basadas en los escépticos y los teóricos de la conspiración me desconcierta.

Quieren hacerle creer que el Gobierno de los Estados Unidos perpetró un fraude gigantesco a su ciudadanía. Que los 400.000 estadounidenses que trabajaron en un programa no clasificado son todos cómplices del engaño y que ninguno rompió filas y admitió su engaño.

Si cree eso, ¿por qué contactaría conmigo, claramente uno de esos 400.000 mentirosos?

Confío en que usted, como docente, sea una persona educada. Sabrá cómo ponerse en contacto con personas conocedoras que no podrían haber sido parte de la estafa.

Los escépticos afirman que los vuelos Apolo no llegaron a la Luna. Se podía contactar con expertos de otros países que seguían los vuelos por radar (Jodrell Bank en Inglaterra o incluso los académicos rusos).

Debería ponerse en contacto con los astrónomos del Observatorio Lick, quienes hicieron rebotar su rayo láser en el reflector de alcance lunar minutos después de que lo instalé. O, si no le convence, puede ponerse en contacto con los astrónomos del observatorio Pic du Midi en Francia. Pueden informarle sobre todos los demás astrónomos de otros países que todavía están realizando mediciones desde esos mismos espejos, y usted puede ponerse en contacto con ellos.

O podría conectarse a la red y encontrar a los investigadores de los laboratorios universitarios de todo el mundo que están estudiando las muestras lunares devueltas por el Apolo, algunas de las cuales nunca se han encontrado en la Tierra.

En cualquier caso, no debería preguntarme a mí, porque soy claramente sospechoso y poco creíble.

Neil Armstrong



Es posible que gracias a la respuesta de Armstrong, Whitman se haya “convertido” en creyente. Sin embargo, ahí sí que me muestro escéptico yo. Sea como fuere, la maravillosa respuesta didáctica del astronauta le muestra a quien tenga dudas que no tienen más que investigar para averiguar de qué lado de la historia quieren estar.

(Fuente: https://ludd.es/)

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