martes, 2 de abril de 2024

SOLUCIONARIO DEL COMENTARIO DE TEXTO DEL EXAMEN DE RECUPERACIÓN DE LA 2ª EVALUACIÓN


De las acciones que el hombre ejecuta solamente pueden llamarse humanas aquellas que son propias (1) del hombre como tal. El hombre difiere de las criaturas irracionales en tener dominio de sus actos. (2) Por lo tanto, solamente aquellas acciones de las cuales el hombre es dueño pueden llamarse con (3) propiedad humanas. Este dominio de sus actos lo tiene por la razón y la voluntad; por eso, el libre (4) albedrío se llama “facultad de la voluntad y de la razón”. En consecuencia, sólo se podrán considerar (5) acciones propiamente humanas las que procedan de una voluntad deliberada. Y si algunas otras (6)acciones hay en el hombre, pueden llamarse acciones del hombre; pero no propiamente humanas,(7) porque no son del hombre en cuanto tal.(8)

TOMÁS DE AQUINO. Suma teológica. BAC.

1. Exponga las ideas principales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas (hasta 2´5 puntos)


En el texto que nos ocupa Tomás de Aquino (Rocasecca, 1225 - Fossanova, 1274, filósofo italiano, máximo exponente de la Escolástica y principal valedor del pensamiento aristotélico en el Occidente cristiano) caracteriza las acciones genuinamente humanas como aquellas en que se dan simultáneamente dos requisitos ineludibles, la razón y la voluntad: "... sólo se podrán considerar acciones propiamente humanas las que proceden de una voluntad deliberada" (líneas 5-6).

Por ello no toda acción ejecutada por un ser humano es plenamente humana, pues las que vertebran su conducta instintiva, refleja o inconsciente caen fuera de esa denominación. En el hombre -y la clasificación es de Aristóteles- se superponen las almas vegetativa, sensitiva y racional, y es esta última la que le hace dueño de sí mismo y de sus acciones: "El hombre difiere de las criaturas irracionales en tener dominio de sus actos", línea 2, idea que se repite en las líneas 3-4: "... solamente aquellas acciones de las cuales el hombre es dueño pueden llamarse con propiedad humanas. Este dominio de sus actos lo tiene por la razón y la voluntad".

De las tres facultades del alma que considera la filosofía escolástica, la memoria, el entendimiento y la voluntad, la primera es común con ciertos animales, al menos la memoria sensitiva que posibilita el recuerdo, por lo que son las dos últimas las propiamente constitutivas del alma racional. En ellas se cifra la posibilidad de elegir según la recta razón, lo cual otorga al ser humano una dignidad especial, haciéndole dueño de sus actos y sujeto de vida moral, pues su libertad le hace acreedor de mérito o de culpa: "el libre albedrío se llama “facultad de la voluntad y de la razón”. (líneas 4-5).

El acto humano es aquel en el que intervienen tanto el intelecto, que nos presenta un bien deseable, como la voluntad, que se implica en alcanzarlo. Faltando una de estas dimensiones no hay acción propiamente humana, es decir, digna de la perfección del alma espiritual con que Dios nos ha dotado.

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