miércoles, 9 de febrero de 2022

NICOLÁS MAQUIAVELO (1469 - 1527)


Nicolas Maquiavelo (1469-1527), es el máximo representante del pragmatismo político; vive toda su vida en la Florencia de los Médicis, (prestamistas que gobernaron desde 1434 hasta 1493); del Monje Gerónimo Savonarola (que gobernó desde 1494 hasta 1497) y los Borgia (1497-1507).

Maquiavelo fué el primero en basarse en la observación de los hechos; en la utilización de los datos de la historia y en el conocimiento de la psicología humana; en la ciencia política liberada de los dogmas de la religión y de la teología. Trata de descubrir las leyes que rigen el desarrollo de los fenómenos sociales.

Maquiavelo ve los hechos conforme su naturaleza. No estudia al hombre ni sus insituciones conforme idealidades metafísicas; sino conforme su propia reacción natural espontánea. Sobre política escribió dos obras que son muy famosas: "Discursos sobre las décadas de Tito Livio" (que habla de la República) y "El Príncipe" (que da las reglas sobre la conducta de un hombre de Estado). Esta última fué de gran provecho para todos los gobernantes del mundo entero, que han basado su política en el empobrecimiento de las clases desheredadas, la traición, la mentira, la hipocresía; sujetandose fielmente a los dictados del contexto brillante del escritor florentino, que tuvo como principal modelo al astuto, feroz, cruel e implacable déspota de la república de Florencia: César Borgia, hijo favorito del Papa Alejandro IV (Alejandro Borgia).

Examinaremos esta última obra que es donde se expresa con más nitidez el pensamiento de Maquiavelo sobre el Estado y el hombre de Estado.

a) Se propone maquiavelo en "El Príncipe", investigar "cuál es la esencia de los principados; de cuantas formas de principados hay, cómo se adquieren, cómo se mantienen y por que se pierden" (carta de Maquiavelo a Vettori). Divide los principados en cuatro clases: Hereditarios (como la monarquía francesa o española); Nuevos (cómo los que surgían en la Italia de su tiempo; dezpedazada constantemente por las invasiones extranjeras de alemanes, franceses, austríacos, españoles y por las querellas internas en que se despedazaban las ciudades entre sí, en guerras intestinas capitaneadas por "condottieri" aventureros mercenarios, que se vendían al mejor postor, cómo las ciudades repúblicas de su tiempo, dirigidas por déspotas o familias aristocráticas); Mixtos (como el reino de Nápoles en su anexión a España); y Eclesiásticos (que tienen sus propias modalidades).

b) A Maquiavelo no le interesa la justificación previa de una acción por la vía de la abstracción jurídica o filosófica; a él, lo que le preocupa, es la comprobación de la generalidad de un hecho real; el dominio desnudo de la fuerza en las acciones humanas; el triunfo de la fuerza como esencia de la historia humana. Este hecho hay que observarlo en las formas de gobierno (despotismo, aristocracia, república). Para este autor, la aplicación de la fuerza en los actos de gobierno, es simplemente un hecho natural, vanal y simple.

c) Todo principado (nobleza territorial Estado) significa una "creación de fuerza". En tener fuerza en todo estriba el Poder del Estado; tanto para adquirirlo como para conservarlo. La razón primera y última de la política del príncipe es el empleo de la fuerza; pues "la fuerza es justa cuando es necesaria", y el mejor empleo de la fuerza es la guerra. "La guerra -escribe Maquiavelo- las instituciones y reglas que le conciernen, son el único objeto al que un príncipe debe entregar sus pensamientos y su aplicación y de la cual le conviene hacer su oficio; esta es la verdadera profesión de cualquiera que gobierne, y con ella, no sólo los que han nacido príncipes pueden mantenerse, sino también, los que nacieron simples particulares pueden frecuentemente, llegar a ser príncipes. Por haber descuidado las armas y haber preferido en vez de ellas las dulzuras de la molicie, se les ha visto perder sus Estados a algunos soberanos.

Despreciar el arte de la guerra es dar el primer paso hacia su ruina; poseerlo perfectamente, es el medio de elevarse al poder". Así, pues, para todo Estado (hereditario, nuevo o mixto) en cualquiera de sus formas de despotia, monarquía, oligarquía aristocrática o república; las bases fundamentales son "buenas leyes o buenas armas"; no puede haber buenas leyes allí donde no hay buenas armas; y al contrario: "allí donde hay buenas leyes, sí hay buenas armas".

Las buenas armas, para Maquiavelo, son los ejércitos nacionales; no los mercenarios.

Para Maquiavelo el Estado es la fuerza; la fuerza del que domina; a los súbditos solo les toca obedecer. Pero estos súbditos aman la libertad, como se ha visto a traves de la historia de la humanidad, a muchos pueblos luchar y morir por ella y como el mismo vió a sus coetáneos luchar y morir en defensa de las libertades públicas que ofrecían las repúblicas aristocráticas de su tiempo (Venecia, Milán, Florencia, Pisa, Parma) que luego fueron destruidas por familias despóticas (los Médicis, Orsini, Borgia).

Los principados (Estados) deben basarse fundamentalmente, para conservarse, en la fuerza: "Cualquiera que habiendo conquistado un Estado acostumbrado a vivir libre no lo destruya, debe esperar ser destruido por él..... Tómese la precaución que se tome, hágase lo que se haga; si no se disuelve el Estado, si no se dispersa a sus habitantes, se les verá, en la primera ocasión, recordar, invocar su libertad, sus instituciones perdidas y esforzarse por recuperarlas".

(Tomado de "Mito y realidad del Estado" de Joaquín Hernández Callejas)

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