lunes, 2 de enero de 2023

LAS PALABRAS QUE HABITAMOS





















"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"
(Wittgenstein, "Tractatus logio-philosophicus")

"Quien habla mal, piensa mal y vive mal. Las palabras son importantes"
(Nanni Moretti en el film "Palombella rossa")
 


Los límites de mi lenguaje
son los límites de mi mundo.

Si mi lenguaje es pobre
delata que mi mundo es monótono,
si mi lenguaje es repetitivo
es porque mi mundo es rutinario;
si mi lenguaje es agresivo
mi mundo es consecuentemente inhóspito;
que mi lenguaje sea tópico
revela que mi mundo es superficial.

Quien habla con riqueza
vive un mundo exhuberante,
quien habla con precisión
habita un universo nítido;
quien habla con delicadeza
mora en un mundo cálido y habitable;
quien calla con respeto
crea la ocasión de que el mundo se manifieste.

Quien sin palabras se asoma al mundo
nada puede recoger en su espíritu;
quien no ha forjado conceptos precisos
no puede convertir suceso alguno en experiencia,
la vida le pasa por encima, pero no por dentro,
y permanece ajeno a ella como un ciego lo es al color.
Quien apresura su discurso
ahuyenta la posibilidad de que lo secreto se revele.

Quien escoge las palabras con paciencia
es como el buscador de oro que sabe distinguir
el oro infrecuente que se esconde en un cauce cenagoso
o el orfebre que le arranca destellos al metal.

La palabra precisa es un tesoro insospechado,
es la llave que abre el palacio de los afectos,
un talismán contra los malos entendidos,
una moneda de oro que compra la comprensión.
Su claridad deshace la bruma de la discordia,
su música despierta el coro de otras palabras;
hay una fórmula para cada cueva sellada,
un "abréte sesamo" que puede cambiar el destino.

Las palabras son armas de doble filo,
capaces de endeudarte o de hechizar a un auditorio,
de ahuyentar el miedo o de acercar al amigo,
y también son caricias que consuelan al que sufre.

Palabras bien escogidas unieron a tus padres,
palabras rectamente enunciadas dieron fin a viejas guerras,
"luz", "mar", "tierra", "aves", "peces", "hombres",
palabras fecundas crearon el mundo.

(JM)

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