EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO

OPCIÓN "A" DEL EXAMEN DE P.A.U., SEPTIEMBRE DE 2013:

"La razón por la que el hombre es, más que la abeja o que cualquier animal gregario, un animal social es clara: la naturaleza ... no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra. La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer e indicársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañosos, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto..."

(ARISTÓTELES, Política)

1).- Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas.

RESPUESTA:

En este texto Aristóteles (384 - 322 a.C.) afirma que el uso de la palabra demuestra la sociabilidad natural del hombre: "La razón por la que el hombre es ... un animal social es clara: ... el hombre es el único animal que tiene palabra" (líneas 1 - 2).

El autor parte de la comparación entre el hombre y otros animales gregarios, frente a los que le singulariza su capacidad lingüística (el uso de un lenguaje articulado). La naturaleza, que "no hace nada en vano” (línea 2), ha dado a los animales irracionales voz, pero al hombre palabra.

La voz es expresión de sensaciones, por lo que manifiesta aquellas pasiones que son propias de un alma sensitiva, capaz de apetencias, deseos y percepciones: “... la voz es signo del placer y del dolor, y por eso la tienen también los demás animales.” (líneas 3 - 4).

En cambio, la palabra es vehículo de toda una compleja actividad intelectual de la que solo es capaz el alma racional, pudiendo expresar tanto sentimientos como conceptos, juicios y valores. Son éstos últimos los que Aristóteles singulariza para oponerlos a la simplicidad de las sensaciones: “...la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañosos, lo justo y lo injusto, ...” (líneas 5 - 6).

Siendo los valores morales específicos de una existencia humana esencialmente social, el ámbito de lo humano queda definido frente a la mera naturaleza, ajena a la complejidad de la ética: “ ... es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto ...” (líneas 6 - 7).

Es, de hecho, su capacidad de contener y transmitir valores lo que posibilita que la palabra sea el mecanismo mediante el cual se establecen las transacciones comunicativas que dan pie al orden civil y político, exigido por la misma naturaleza del ser humano que, abocado a la felicidad que constituye su fin y perfección, no puede alcanzarla por sí solo, sino en el ámbito de la ciudad. La ciudad es autosuficiente, cosa que el hombre no es. Por esta razón, la ética aristotélica se subordina a la política: Aristóteles no concibe al hombre en estado de aislamiento, solitario o individualista, sino como un ente social, encuadrado en una familia y dentro de la sociedad civil.