sábado, 10 de diciembre de 2022

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO EN NIETZSCHE

No existe en el pensamiento de Nietzsche una teoría del conocimiento en el sentido riguroso y “clásico”, pero sí una reflexión acerca de la incapacidad del lenguaje para expresar la esencia de las cosas, heredera del fenomenismo de Kant, y que se recoge en su obra de 1783 “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”.

Para Nietzsche, la verdad nada tiene que ver con una pretendida correspondencia entre el entendimiento y la cosa, puesto que para el lenguaje representar el mundo es imposible. El lenguaje no es un significante de la realidad, sino, si acaso, de nuestra percepción de la misma. Por ello su mecanismo constituyente es la metáfora que, en vez de representar el mundo, lo substituye.

Descartada la función representativa del lenguaje, tan solo le queda un uso utilitarista (un poco al modo de los sofistas): ser vehículo de los intereses y conveniencias que llevan a construir una supuesta “verdad”, que responde en realidad al uso convencional de designaciones lingüísticas arbitrarias, pero impuestas uniformemente a todos. “Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son”. Detrás de esta falsa pretensión de verdad está lo que el autor llama “la mentira fundamental del lenguaje”, el error de creer que el lenguaje puede representar la realidad.

El lenguaje lleva a la formulación de conceptos que son generalizaciones aplicadas a una pluralidad de objetos a partir del olvido de sus diferencias individuales. Por tanto, los conceptos -residuos de una metáfora- violentan las condiciones de la experiencia individual, y responden a nuestro vano empeño por concebir al mundo “humanizado”, por proyectarnos en él, en vez de reconocer que la naturaleza no conoce formas ni conceptos.

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