sábado, 10 de diciembre de 2022

Friedrich NIETZSCHE: Resumen de los parágrafos 343 - 346 del libro 5º de "La gaya ciencia"

Nietzsche expone las consecuencias derivadas de la “muerte de Dios”, concepto que expresa la desconfianza en el viejo mundo, es decir, en la cultura occidental, edificada por el cristianismo sobre la falacia de un Dios personal. Desaparecida la fe en Dios, se disolverán la moral y sus valores, cimentados sobre aquella abstracción. Desaparecido Dios, nos encontraremos con un hombre nuevo que construirá el puente hacia el “superhombre”. Nos hallamos, por tanto, en un momento en el que el hombre puede superar los errores del pasado, y mirar hacia el futuro con total libertad.

La extraña situación de nuestra época es la traslación de la antigua fe en Dios en la fe en la ciencia, que, tan sólo aparentemente, constituye un saber objetivo que excluye las convicciones subjetivas y la fe, aparentemente porque en realidad no existe ciencia alguna libre de presupuestos, ni ciencia que no movilice otra extraña forma de fe, la fe en la verdad. El científico no es más que un religioso que ha sustituido a Dios por la verdad científica, fundamentando una nueva forma de nihilismo. La sacralización de la verdad hace de esta abstracción algo de la máxima importancia, cuando la única “verdad” humanamente concebible es la utilidad. La “voluntad de verdad” de la ciencia ignora que el error es, a veces, útil para el hombre, lo cual descalifica a la ciencia, que presupone la total utilidad de la verdad y la total inutilidad de la “no verdad”.

La “voluntad de verdad” no es más que otro síntoma del escepticismo negativo que debe ser eliminado, hecho que ocurrirá cuando no quede ningún tipo de fe.

Para el autor la moral es el mal de la humanidad. El hombre moral no es más que un neurótico que “ha instalado la vida sobre la apariencia, el error … y la obcecación voluntaria”, rechazando con ello el tener una vida propia.

La sociedad contemporánea, consecuente con tales planteamientos, es una sociedad que se niega a sí misma, no resultando buena en ningún aspecto. La transformación y el progreso de esta sociedad sólo será posible en la medida en que un grupo decidido de individuos afronte con madurez los problemas, para así superar este estancamiento. Todo ello no será posible sin una crítica de la moral, asumida como problema y no como punto de encuentro entre personas y pueblos, como se ha creído hasta ahora. Es necesario que la moral cristiana, basada en valores como el altruísmo, la piedad y la compasión, sea destruída.

Tras la muerte de Dios aparecen dos actitudes contrapuestas: la de los pesimistas y la de los que son capaces de superarla, es decir, los incrédulos, entre los que se sitúa Nietzsche. Los pesimistas, en particular los cristianos, son aquellos que niegan este mundo, buscando refugio en otro. Por el contrario, los incrédulos rechazan esta actitud, pero, al igual que los pesimistas, podrían caer en el nihilismo, al despreciarse a sí mismos y caer en la aniquilación.

La única esperanza que le queda al hombre es la de superar y aceptar la muerte de Dios con todo lo que conlleva, y, tras haberlo conseguido, crear nuevos valores contrarios a los decadentes, pero siendo plenamente conscientes de que éstos son puras creaciones suyas, logros creativos del "superhombre".

(resumen realizado por Andrea Siguero)

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