viernes, 30 de diciembre de 2022

ORTEGA: 3er MODELO DE RESPUESTA A LA CUESTIÓN 1 DEL EXAMEN DE SELECTIVIDAD

El conocimiento es la adquisición de verdades, y en la verdades se nos manifiesta el universo trascendente (transubjetivo) de la realidad. Las verdades son eternas, únicas e invariables. ¿Cómo es posible su insaculación dentro del sujeto? . La respuesta del racionalismo es taxativa: sólo es posible el conocimiento si la realidad puede penetrar en él sin la menor deformación. El sujeto tiene, pues, que ser un medio transparente, sin peculiaridad o color alguno, ayer igual a hoy y mañana -por tanto, ultravital y extrahistórico. Vida es peculiaridad, cambio, desarrollo; en una palabra: historia.

La respuesta del relativismo no es menos taxativa. El conocimiento es imposible; no hay una realidad trascendente, porque todo sujeto real es un recinto peculiarmente modelado. Al entrar en él la realidad se deformaría, y esta deformación individual sería lo que cada ser tomase por la pretendida realidad.

Es interesante advertir cómo en estos últimos tiempos, sin común acuerdo ni premeditación, psicología, "biología" y teoría del conocimiento, al revisar los hechos de que ambas actitudes partían, han tenido que rectificarlos, coincidiendo en una nueva manera de plantear la cuestión.

(ORTEGA Y GASSET, El tema de nuestro tiempo)

CUESTIÓN 1:

- Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación existente entre ellas.

Respuesta:

En el presente texto José Ortega y Gasset (1883 – 1955) plantea la necesidad de superar las concepciones tradicionales del problema del conocimiento: “… psicología, biología y teoría del conocimiento … han tenido que rectificarlos (los enfoques establecidos), coincidiendo en una nueva manera de plantear la cuestión” (líneas 13 - 15).

Dichas concepciones tradiconales son esencialmente dos: el racionalismo y el relativismo. Ortega los aborda a partir de una definición esencialmente operativa del conocimiento: “adquisición de verdades” (línea 1).

Con ello quedan delimitados el elemento objetivo del conocimiento, la verdad (“Las verdades son eternas, únicas e invariables”, líneas 2-3), y el elemento subjetivo, que resulta enormemente problemático.

La respuesta racionalista al problema del conocimiento presupone la absoluta primacía del objeto, cuya recepción por parte del sujeto resultaría inmediata, pasiva y exacta: “… solo es posible el conocimiento si la realidad puede penetrar en él sin la menor deformación” (líneas 4 – 5). Dicha actitud conlleva un menoscabo del sujeto, reducido a una mera función testimonial, siendo su papel “ultravital y extrahistórico” (línea 6).

El autor objeta a dicha visión su concepción del sujeto humano como un ente procesual e histórico: “Vida es peculiaridad, cambio, desarrollo; en una palabra: historia” (líneas 7).

La visión del relativismo, en cambio, parte de la absoluta primacía del sujeto, quien, en vez de captar una realidad autónoma y objetiva, la construye, con lo que no hay verdad subsistente: “El conocimiento es imposible” (línea 8), pues.

Frente a las dos posturas apuntadas, el autor diagnostica el hecho de que diversos saberes han coincidido en que el problema del conocimiento sigue sin ser correctamente planteado, por lo que aún queda pendiente su resolución.

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