viernes, 1 de octubre de 2021

EL PROBLEMA DE DIOS EN PLATÓN


El sistema filosófico de Platón no incluye, en el sentido estricto, una doctrina acerca de la naturaleza de Dios, pese a lo cual Nietzsche le consideraba un “pre-cristiano”, en la medida en que anticipa algunas de las ideas teológicas y morales del cristianismo. Así, en el diálogo “Fedón” identifica el lugar de destino del alma -el “cosmos noetós”- con un mundo trascendente y perfecto que preside un Dios sabio y bondadoso.

La función explicativa del Dios racional que luego van a articular el aristotelismo y -heredero de él- el tomismo, es, en el pensamiento platónico, asumida por el demiurgo, especie de dios artesano que moldea la materia originaria para, copiando en ella las ideas, producir el orden característico del universo observable. El demiurgo es, pues, una mente ordenadora externa al mundo (un poco al modo del “nous” de Anaxágoras), que conoce las Ideas desde la eternidad y actúa de forma análoga al Dios providente de la teología cristiana (el problema de la creación no se plantea en el pensamiento platónico ni, en general, en la filosofía griega, que acepta la eternidad del mundo y se cuestiona, en cambio, cómo del caos originario se ha materializado el orden cósmico).

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