PLATÓN: 6º EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO

Cuando el alma y el cuerpo están juntos, la naturaleza ordena que el uno obedezca y sea esclavo; y que el otro tenga el imperio y el mando. ¿Cuál de los dos te parece semejante a lo que es divino, y cuál a lo que es mortal? ¿No adviertes que lo que es divino es lo único capaz de mandar y de ser dueño; y que lo que es mortal es natural que obedezca y sea esclavo?

- Seguramente.

- ¿A cuál de los dos se parece nuestra alma?

- Es evidente, Sócrates, que nuestra alma se parece a lo que es divino, y nuestro cuerpo a lo que es mortal.

(Platón: "FEDÓN")


1).- Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas.

En el presente texto Platón (427-347 a.C.) identifica el alma como la parte divina del hombre: "... el alma se parece a lo que es divino" (línea 8). Dicha identificación sirve de corolario a su exposición previa acerca de la distinción cuerpo-alma.

En el fragmento, escrito en forma de diálogo, Sócrates, dando voz a las doctrinas platónicas, plantea la naturaleza dual del hombre, en quien la unión cuerpo-alma se establece en términos jerárquicos: corresponde al cuerpo, elemento material y, por tanto, corruptible, el someterse, y al alma, esencia personal, espiritual e inmortal, ser la soberana de aquél: "Cuando el alma y el cuerpo están juntos, la naturaleza ordena que el uno obedezca y sea esclavo; y que el otro tenga el imperio y el mando" (líneas 1-2).

Esta jerarquización revela la dimensión valorativa del dualismo platónico: la encarnación del alma le resulta un accidente penoso, puesto que el cuerpo se convierte en su prisión, y solo anhela su retorno al mundo de las Ideas, su verdadera morada.

El primer párrafo del texto concluye con una doble interrogación retórica (líneas 2-5) en la que Sócrates traspone la distinción cuerpo-súbdito/alma-soberano al plano de la distinción mortal-divino.

De acuerdo con la articulación clásica del método mayéutico-dialéctico, el interlocutor de Sócrates (en este caso Cebes) se limita  a subrayar las sugerencias previas de éste, asintiendo a lo que el Maestro plantea sin enriquecer su planteamiento con matiz alguno: "Seguramente" (línea 6); "Es evidente, Sócrates ..." (línea 8), sino, si acaso, explicitando en su intervención final la conclusión del doble silogismo que el texto propone.

- Lo divino es apto para mandar
- El alma es apta para mandar
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- El alma es semejante a lo divino

- Lo propio de lo mortal es ser mandado y servir
- Al cuerpo le corresponde ser mandado y servir
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- El cuerpo es semejante a lo mortal

La supeditación del cuerpo al alma es algo que "la naturaleza ordena" (línea 1), por lo que funda una moral ascética e intelectualista, con el autodominio racional del sujeto como valor fundamental, siendo ésta noción una de las que llevaron a Nietzsche a considerar la religión cristiana como una reformulación de la filosofía platónica, un "platonismo para el pueblo".

El someter al cuerpo, el no ceder a sus inclinaciones terrenales, sino reducirlo al gobierno de la razón, es un paso necesario en la antropología platónica, en la cual los apetitos amenazan con desviar el carro del alma en su ascensión hacia el mundo eidético.