domingo, 3 de octubre de 2021

ARISTÓTELES: 1er MODELO DE COMENTARIO DE TEXTO

Si la felicidad sólo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural que este acto sea conforme con la virtud más elevada, es decir, la virtud de la parte mejor de nuestro ser. Y ya sea esta el entendimiento u otra parte, que según las leyes de la naturaleza parezca hecha para mandar y dirigir y para tener conocimiento de las cosas verdaderamente bellas y divinas; o ya sea algo divino que hay en nosotros, o por lo menos lo que haya más divino en todo lo que existe en el interior del hombre, siempre resulta que el acto de esta parte conforme a su virtud propia debe ser la felicidad perfecta; y ya hemos dicho, que este acto es el del pensamiento y de la contemplación.

(Aristóteles: “Ética a Nicómaco”, libro X, 7)



Encontramos en este texto la identificación aristotélica de la felicidad con la vida intelectiva, esto es, con la mas elevada de las capacidades del ser humano: “... este acto (conforme con la virtud más elevada) es el del pensamiento y de la contemplación.” (línea 8).

Toda la filosofía moral de Aristóteles ha de ser entendida desde la perspectiva eudamonista: se trata de una ética que apunta a la felicidad como fin, y a la virtud como el medio adecuado para alcanzar dicho fin. Ahora bien, existe una jerarquía de bienes, por la cual sólo la virtud capaz de producir el bien supremo del hombre puede satisfacer plenamente la felicidad adecuada a nuestra naturaleza: “Si la felicidad sólo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural que este acto sea conforme con la virtud más elevada” (líneas 1 - 2).

Dado que la virtud es el hábito voluntario y constante de elegir lo mejor, la “virtud más elevada” se identifica con la excelencia en aquello que hay de mejor en el hombre, “la parte mejor de nuestro ser” (líneas 2 - 3). Dicha “parte mejor” es el pensamiento, puesto que solo por la actividad racional el hombre se eleva por encima de sus circunstancias y se asemeja a los dioses, que son los seres más felices: “... ya sea (la parte mejor de nuestro ser) el entendimiento u otra parte ... hecha para mandar y dirigir y tener conocimiento, ... o ya sea algo divino ... siempre resulta que el acto de esa parte conforme a la virtud propia debe ser la felicidad perfecta;” (líneas 3 - 7).

La vida del hombre, para ser una vida feliz, consistirá en vivir según su razón buscando la excelencia en cuanto atañe a la operación del entendimiento: ya sea “mandar y dirigir” (guíar a la voluntad), ya sea construír el conocimiento. Por ello, la actividad superior del hombre es la cognoscitiva, y la vida superior la contemplación. En consecuencia, la forma más elevada de virtud es la que se da en dicha actividad.

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