viernes, 1 de octubre de 2021

EL PROBLEMA ÉTICO/MORAL EN PLATÓN


La ética de Platón está presidida por las nociones de orden y armonía, ideas que no solo se aplican a la vida individual sino -sobre todo- al funcionamiento de la ciudad. Por ello, existe en su pensamiento una estrecha correlación entre el alma humana y la sociedad.

El alma, sujeto del proceso de conocimiento, es entendida por Platón como una realidad compuesta, comparable a un carro tirado por dos caballos, que representan el apetito concupiscible (deseos instintivos) y el apetito irascible (deseos nobles de la voluntad). El conductor representa, en esta analogía, la razón, a la que corresponde guíar al carro. La armonía del alma es producida por la virtud: templanza para el instinto, fortaleza para la voluntad y prudencia para el entendimiento. De las tres deriva la justicia. Esta imagen o “mito del carro” se aplica también a la sociedad, dividida en productores, guerreros y filósofos, correspondiéndoles a estos últimos las responsabilidades de gobierno.

La justicia en el orden social se corresponde con la primacía del Bien en la jerarquía de las ideas, y es la condición para una existencia feliz en la ciudad. La organización racional de la vida política conduce a que cada individuo cumpla la función que le es más propia y, a la vez, a que reciba la educación que mejor se ajuste a sus dotes naturales.

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