viernes, 1 de octubre de 2021

EL PROBLEMA DEL HOMBRE EN PLATÓN



Toda la antropología platónica descansa en su distinción cuerpo-alma, dicotomía que nos remite al dualismo de su sistema. El cuerpo es materia, y por ello corruptible. El alma, esencia personal e inmortal, es espíritu. La condición mortal en que se halla en este mundo es una caída, una pérdida que la hace sentirse prisionera. El cuerpo es su prisión, de la que anhela liberarse para retornar al mundo ideal, su verdadera morada. El modo de lograrlo es apartarse de todo lo material y entregarse en el orden de lo teórico al conocimiento y en el de lo práctico a la virtud.

El alma, sujeto del proceso de conocimiento, es entendida por Platón como una realidad compuesta, comparable a un carro tirado por dos caballos, que representan el apetito concupiscible o "epitimía" (deseos instintivos) y el apetito irascible o "timós" (deseos nobles de la voluntad). El conductor representa, en esta analogía, la razón -"tó logistikon"-, a la que corresponde guíar al carro. Cada una de estas tres tendencias reside en una parte del cuerpo: la concupiscencia en el vientre, el valor en el pecho y la razón en la cabeza. La armonía del alma es producida por la virtud: templanza para el instinto, fortaleza para la voluntad y prudencia para el entendimiento. De las tres deriva la justicia. Esta imagen o “mito del carro”, que el autor presenta en su diálogo "Fedro (o de la belleza)", se aplica también a la sociedad, dividida en productores, guerreros y filósofos, correspondiéndoles a estos últimos las responsabilidades de gobierno. Platón apuesta decididamente por el papel de la educación en la formación del ciudadano, como demuestra la institución de la Academia.

Platón representa al alma alada simbolizando su deseo de propulsarse hacia el mundo trascendente. Al caer al mundo material pierde las alas, y solo las recupera ascendiendo en una escala de posibles encarnaciones cuya gradación de mejor a peor sería:

1.Filósofo.
2.Rey.
3.Político.
4.Comerciante.
5.Poeta.
6.Adivinador.
7.Artesano o campesino.
8.Sofista.
9.Tirano.

Llevar una existencia filosófica durante tres vidas consecutivas permite al alma volver a ser alada y no quedar en la tierra por el periodo de 10000 años que es el que tardan en salir nuevamente las alas.

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