domingo, 3 de octubre de 2021

ARISTÓTELES: 3er MODELO DE COMENTARIO DE TEXTO

- "Con los actos sucede absolutamente lo mismo que con las pasiones: pueden pecar por exceso o por defecto, o encontrar un justo medio. Ahora bien, la virtud se manifiesta en las pasiones y en los actos; y para las pasiones y los actos el exceso en más es una falta; el exceso en menos es igualmente reprensible; el medio únicamente es digno de alabanza, porque el sólo está en la exacta y debida medida; y estas dos condiciones constituyen el privilegio de la virtud. Y así, la virtud es una especie de medio, puesto que el medio es el fin que ella busca sin cesar."

(ARISTÓTELES: “Ética a Nicómaco”, libro II, 6)


El texto que nos ocupa presenta el ideal aristotélico de virtud como término medio entre dos extremos, el exceso y el defecto: “… la virtud es una especie de medio, puesto que el medio es el fin que ella busca sin cesar.” (líneas 6 - 7).

La propuesta que expone Aristóteles parte de la comparación entre lo que acontece en el ámbito de las pasiones (lo que afecta al alma) y de las acciones (lo que es determinado por la voluntad del sujeto). Acciones y pasiones pueden errar entre los extremos opuestos de lo excesivo y de lo insuficiente, por lo que debe buscarse el equilibrio entre ambos: “ … pueden pecar por exceso o por defecto, o encontrar un justo medio” (líneas 1 - 2).

A continuación el autor atiende a la perspectiva de la virtud (hábito voluntario y constante de elegir lo mejor), que se extiende tanto a las pasiones como a los actos (pues hay virtudes referidas tanto al pensamiento como a la acción, o, por usar la terminología de Aristóteles, dianoéticas y morales), señalando lo que tiene la virtud de equilibrio frente a lo que denomina “exceso en más” y “exceso en menos” (defecto): “… el medio únicamente es digno de alabanza …” (línea 4). Dicho medio es más el resultado de una ponderación racional acerca de lo adecuado a las circunstancias que de la aplicación de un estricto criterio matemático. Por ello, encontramos en el texto una referencia a “la medida debida”, concepto intelectivo que debe conjugarse con la exactitud para determinar lo que conviene a la naturaleza humana en cada situación. Ambas “constituyen el privilegio de la virtud” (líneas 5 - 6).

Considera Aristóteles la virtud como el hábito de la excelencia, ejercida desde la deliberación racional y la determinación de una voluntad constante, por lo que acaba por convertirse en una segunda naturaleza, una predisposición del carácter construída por el hombre virtuoso. Siendo su ámbito la personalidad, y su escenario la “polis”, la ética aristotélica entroncará tanto a la psicología como a la política.

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